Preguntas frecuentes

¿Por qué he de recibir un trasplante hematopoyetico?

Para la curación de determinadas enfermedades de la sangre es preciso erradicar todas las células anormales existentes (cancerosas o malfuncionantes) mediante la administración de dosis elevadas de quimioterapia con o sin radioterapia.

Sin embargo, este tratamiento elimina no sólo las células anómalas sino también las células madre sanas de la médula ósea, situación incompatible con la vida del individuo. Para restaurar la función de la médula ósea tras la quimioterapia se administran al paciente células madre capaces de regenerar una médula ósea sana. Este procedimiento recibe el nombre de trasplante de médula ósea o de progenitores hematopoyéticos*.

Las indicaciones clásicas del trasplante hematopoyético son las leucemias agudas, la leucemia mieloide crónica, la anemia aplásica y algunas enfermedades congénitas (inmunodeficiencias). A lo largo de los años, las indicaciones se han ampliado a otras enfermedades tales como los linfomas, la enfermedad de Hodgkin, el mieloma múltiple y ciertos tumores sólidos.

*Históricamente la fuente de células madre o progenitores hematopoyéticos ha sido la médula ósea, de ahí que se utilice el término "trasplante de médula ósea". Sin embargo, en los últimos años se están empleando otras fuentes de células madre distintas de la médula ósea (ver más adelante) por lo que se prefiere el término de "trasplante de progenitores hematopoyéticos" que incluye todos los tipos de trasplante.

Estudios de pretrasplante
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¿Como se realiza un trasplante hematopoyético?
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El catéter venoso central
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Administración de células madre
Periodo postrasplante inmediato
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